21 de septiembre de 2011

Entrevista a Robert Hass en La Vanguardia

En el ciclo Letras Viajeras, una serie de entrevistas sobre literatura y viajes que publicamos Víctor Balcells y yo durante agosto y septiembre de este 2011 en el periódico La Vanguardia, una de mis preferidas fue la del poeta norteamericano Robert Hass.

Aunque muy recortada (la entrevista original era maravillosa), la comparto.

**ACTUALIZADO: entrevista sin recortar, aquí.**

(Hacer click para agrandar)

'Letras Viajeras/2', en La Vanguardia, 15/08/2011

20 de septiembre de 2011

'Elegía eléctrica', de Adam Zagajewski

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Para Robert Hass

Adiós, radio alemana de verde ojo
y caja enorme,
juntos formando casi
cuerpo y alma. (Tus lámparas brillaban
con una luz rosa, asalmonada, como el profundo
yo de Bergson).
                           A través del grueso tejido
del altavoz (mi oreja pegada a ti como
a la celosía de un confesionario), susurró una vez Mussolini,
gritó Hitler, Stalin explicó calmadamente,
bufó Bierut, Gomulka peroró sin descanso.
Pero nadie, radio, podrá acusarte de traición;
no, la obediencia fue tu único pecado: absoluta,
delicada fidelidad al megahercio;
cualquiera que llegara era bien bienvenido, cualquiera
al que enviaran era recibido.
                                               Por supuesto sé que solamente
las canciones de Schubert te aportaban el jade
de la alegría verdadera. Con los valses de Chopin
tu corazón eléctrico latía delicada
y firmemente y la tela sobre el altavoz palpitaba
como los pechos de las chicas enamoradas
en las viejas novelas.
                                   No con las noticias, sin embargo,
especialmente no con la Radio Free Europe o la BBC.
Entonces tu ojo se ponía nervioso,
la pupila verde crecía y se encogía
como si hubieran alterado su dosis de atropina.
Vivían en tu interior gaviotas enloquecidas, y Macbeth.
Por la noche, desperadas señales encontraban refugio
en tus estancias, los marineros pedían ayuda a gritos,
el joven cometa lloraba, perdiendo la cabeza.
Tu vejez la anunció una voz cascada,
luego sacudidas, toses, y finalmente la ceguera
(tu ojo se apagó), y un silencio absoluto.
Duerme en paz, radio alemana,
sueña con Schumann y no despiertes
con el cacareo del próximo gallo dictador.

(De la traducción inglesa de Lienzo, 1991)
(Traducción A. Catalán)



14 de septiembre de 2011

'Un manual de la rutina', de Howard Nemerov

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A pela una manzana, mientras B se arrodilla ante Dios,
C telefonea a D, que apoya una mano
sobre la rodilla de E, F tose, G apila la tierra
de la tumba de H, I no sé muy bien por qué
pero J practica tiro al plato
mientras K practica con la porra en la cabeza de L,
y M toma mostaza, N entra con su coche en la ciudad,
O se va a la cama con P, y Q cae muerta,
R miente a S, pero sucede que la escucha
T, quien le dice a U que no despida a V
por tener que dar a W su palabra
de que X está engañando a Y con Z,
a quien justo ahora le da por recordar a A
pelando una manzana en algún lugar, muy lejos.

(New and Selected Poems,  1992. El original, aquí)
(Traducción A. Catalán)


 
Metropolitan Life Insurance Building - NYC (Robert Frank)

13 de septiembre de 2011

Miseria y esplendor, de Robert Hass

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Convocados conscientemente por el recuerdo, ella
estará sonriendo, los dos estarán en la cocina hablando,
antes o después de la cena. Pero están en esta otra habitación,
la ventana está hecha de vidrios diminutos, y están en un sofá
abrazándose. Él la sujeta tan fuerte
como puede, ella se entierra en su cuerpo.
Es por la mañana o quizá por la tarde, la luz
fluye a través de la habitación. Fuera,
al día lo sucede lentamente la noche,
y después el día. El proceso se tambalea
y se acelera: semanas, meses, años. La luz en la habitación
permanece inalterable, así que es obvio lo que está sucediendo.
Intentan convertirse en una sola criatura,
pero algo no consiente. Son tiernos
el uno con el otro, temerosos
de que sus breves, agudos gritos les lleven a aceptar el momento
en que volverán a separarse. Así que se restriegan contra el otro,
secas sus bocas, después húmedas, después secas.
Se sienten en el centro de una poderosa
y desconcertada voluntad. Sienten
que son un único animal casi completo,
arrojado por las olas a la orilla de un mundo—
o acurrucado contra la puerta de un jardín—
del que no pueden admitir que jamás lograrán ser admitidos.


(Robert Hass, Human Wishes, 1989)
(Traducción A. Catalán)

foto: Henri Cartier-Bresson

10 de septiembre de 2011

Qué bellas perspectivas

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Poseer una cosa es a su vez perderla.
Elegir un motivo; desafiar un cuarto;
fingir que hay un espacio; arruinar un paisaje.

Si estrechas la verdad entre líneas de fuga
las ventanas del fondo disfrazarán el prado
que se extiende sin nombre bajo la trayectoria

de una abstracción de pájaros. Será
la mansedumbre de la composición emblema
de aquello que pretendes y eso es todo:

nada se salva entonces aunque cierres el puño,
aunque plantes banderas y alrededor reclames
segundos territorios. Nada servirá entonces

-por mucho que repliques- para algo
que no sea esperar, mirar, decir adiós
y basta.


1 de septiembre de 2011

Frank O'Hara por Barcelona y el Arte

Escrito en Nueva York cuatro días después de visitar Barcelona en Abril de 1960 (trabajaba para el MOMA de N.Y. y estaba en España organizando una muestra de pintura española), Having a Coke with You es uno de los poemas que Frank O'Hara escribe durante su relación con Vincent Warren, un bailarín del que se enamoró perdidamente. 

O'Hara defendía que un poema de amor no debería diferir en intención o en efecto de una llamada de teléfono, y así es este poema: una alucinada conversación teléfonica sobre el arte y la vida.


TOMAR UNA COCACOLA CONTIGO

es incluso más divertido que pasarse por San Sebastián, Irún, Hendaya, Biarritz,
                                                                                                          [Bayona
o sentir nauseas en la Travesera de Gracia de Barcelona
en parte porque con tu camiseta naranja te asemejas a un mejor y más feliz
                                                                                                          [San Sebastián
en parte por mi amor por ti, en parte por tu amor por el yogur
en parte por los fluorescentes tulipanes naranjas alrededor de los abedules
en parte por el aire de complicidad de nuestras sonrisas frente a la gente
                                                                                                         [y las esculturas
es difícil de creer cuando estoy contigo que pueda haber algo tan inmóvil
tan solemne tan desagradablemente definitivo como unas esculturas cuando
                                                                                                       [justo enfrente
bajo la cálida luz de Nueva York de las 4 en punto nos dejamos llevar una y otra vez
del uno al otro como un árbol que respirara a través de sus anteojos

y en la muestra de retratos parece no haber ni un solo rostro, solo pintura
de repente te preguntas por qué diablos alguien los haría

                                                                                                    te miro
a ti y preferiría mirarte a ti que a todos los retratos del mundo
salvo posiblemente el Jinete polaco de vez en cuando y de cualquier manera
                                                                                                       [está en el Frick
que gracias al cielo aún no has visitado así que podremos ir juntos por primera vez
y el hecho de que te muevas tan bien más o menos hace que despaches el Futurismo
de la misma manera que en casa nunca pienso en el Desnudo descendiendo 
                                                                                                         [una escalera o
durante un ensayo en un único dibujo de Leonardo o Miguel Ángel que soliera
                                                                                                      [cautivarme
y de qué les valen todas las investigaciones sobre ellos a los Impresionistas
si nunca tuvieron a la persona idónea para posar junto al árbol con la puesta de sol
o es más Marino Marini al no escoger al jinete con tanto esmero
como al caballo

                             parece que a todos les fue estafada cierta experiencia maravillosa
que yo no voy a desperdiciar y es la razón de que te esté hablando de ella

(Traducción de A. Catalán)

[Dos poemas más de O'Hara aquí y aquí]